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Cuando finalmente llegó a las salas de cine fui junto a mi esposa a ver la película EVEREST basada en la gran tragedia del 1996 y quede pasmado, no solo por los efectos visuales ni por la calidad de la producción que es impresionante, sino porque de inmediato me vinieron a la mente los recuerdos del miedo, emoción y sufrimiento que vivimos durante los casi dos meses de la primera expedición Dominicana a la Cima del Monte Everest que bautizamos con el nombre de Excelsior.
Excelsior significa " Siempre Mas en latín " palabra que aprendimos durante nuestros años mozos en el Centro Excursionista Loyola, donde puedo asegurar que forjamos el honor, la disciplina y amor por la naturaleza todo conjugado con el " Convivir para Servir " que nos inculcaron los sacerdotes Jesuitas consientes de que éramos ovejas rebeldes locas por escapar de su rebaño. Ese excelsior era constantemente alimentado por mi padre con su ejemplo de líder innato y revolucionario, que también quizo cambiar el mundo a su manera, con protestas, poemas e ideales pero poco a poco se fue desgastando hasta finalmente aceptarlo como es pero nunca justificarlo.
Homines 92 fue el nombre que le dimos a nuestra promoción, o mejor dicho a la cumbre de aquella montaña que acabamos de escalar al graduarnos del bachillerato y que marcaba el final de esa etapa de nuestras vidas en la que las preocupaciones se limitaban a sacar buenas notas, o conseguir el teléfono de la chica que nos había dejado deslumbrados en Neon o en la fiesta de fin de año.
Luego vino INTEC con su exigente y apresurado sistema educativo que me llevaba de lado, la Cruz Roja donde por años fui voluntario y muchas veces teníamos que hacer un serrucho para el combustible de la ambulancia. También llegaron mis primeras incursiones en negocios como el Car Wash de la San Martin que casi me dejo calvo con tan solo 20 años y por supuesto las subidas al Pico Duarte año tras año, donde lograba recargar las baterías para poder seguir batallando con la vida, rodeado siempre de amigos de antaño la mayoría de los cuales hoy en día tengo la dicha de tener a mi lado .
Eventualmente también llegó lo inevitable, los tablazos de la vida, las traiciones, deserciones, fracasos y aquello que te marca hasta el final de tus días como es la ida a destiempo de seres queridos ya sean amigos o familiares. La muerte te hace entender de un porrazo que no somos invencibles y que la vida es frágil, corta, a veces cruel pero es lo que nos toca y debemos aceptarlo, ya que con todo lo bueno también viene lo malo y cada cima te exigirá sacrificio y sufrimiento para dejarte coronarla.
A pesar de todo esto puedo asegurar que el cambio mas impactante que he sentido en mi vida ha sido el ser padre, no solo porque viene de la mano con una gran dosis de cobardía por no decir pendejo al instante, ya que al momento que conoces ese diminuto ser que comparte tu sangre tus prioridades cambian y te das cuenta de todo el sacrificio que hicieron por ti tus padres y que muchas veces damos por sentado hasta que quizas es demasiado tarde para retribuirlo o por lo menos valorarlo.
Los días posteriores de ver la película estuve como en un trance, no solo por haber revivido cada momento de aquella tragedia que ya conocía de la mano del libro " Into Thin Air " , sino también porque esas escenas me recordaron cada paso que dimos en los Himalayas con el apoyo y oraciones de todos aquellos que hicieron hasta lo imposible para que regresáramos a nuestras familias sanos y salvos, con la satisfacción del deber cumplido y con una coraza extra en el alma para seguir luchando por la familia, nuestro país y la patria. Que viva la República Dominicana !
" Señor, enséñame a ser generoso, a servirte como lo mereces, a dar sin medida, a combatir sin miedo a que me hieras, a trabajar sin descanso y a no buscar mas recompensa que sabe que solo hago tu voluntad, EXCELSIOR !!!